Barcelona primero fue Barcino, una pequeña ciudad de fundación romana que con el paso de los siglos se convirtió en una importante capital medieval. El esplendor de aquellos tiempos se frenó al iniciarse la época moderna, con la guerra de Sucesión. Aun así, la ciudad avanzó al ritmo de los tiempos, industrializándose y convirtiéndose en el motor de la Cataluña actual.